La raza Anglo- Árabe surge en Francia a raíz del cruce entre caballos árabes y Pura Sangre Inglés en el siglo XIX, consiguiendo una raza de caballo muy versátil, de gran vivacidad, resistente y veloz.
Los caballos Anglo- Árabes poseen la belleza, elegancia, resistencia y equilibrio funcional de la sangre árabe mientras que del Pura Sangre Inglés heredaron la talla, la velocidad y las facultades deportivas con unas largas patas que le permiten obtener una buena alzada. Es por estas características físicas y por su carácter dócil y equilibrado aunque con temperamento, que esta raza es perfecta para cualquier disciplina hípica destacando en el Concurso Completo de Equitación y en el raid, pero también para disciplinas como el salto e incluso en doma vaquera y en acoso y derribo. Pero también es el caballo ideal para la equitación de placer y ocio.
Las capas más frecuentes son la alazana, castaña y torda, una alzada en torno a 1,60 y 1,70 m. Altamente funcional, con movimientos elásticos, una marcha distinguida, extendida y muy equilibrada y un galope con acciones amplias y rápidas.
A todas sus características propiamente deportivas hay que añadir que el caballo Anglo- Arabe es un gran mejorador de raza aportando sobre todo clase, distinción, solidez y calidad.
En la actualidad existen cuatro secciones en el libro Genealógico de la raza y además el Catálogo Oficial de Razas de Ganado incluye a la raza equina Anglo-Árabe en el Grupo de Razas Integradas en España.